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El blog de Lengua y Literatura del IES 'La Sisla' de Sonseca (Toledo)
Creado en el curso 08-09 por el profesor Jorge Agenjo y administrado actualmente por Laura Martínez, alumna de 2º de Bachillerato de dicho centro

martes, 16 de junio de 2009

¿ ASESINA EL SMS AL LENGUAJE?


Muchos son los que se están llevando las manos a la cabeza ante tanta economía lingüística y patadas a la ortografía. Es natural, la misma conmoción recorrió a quienes asistieron al fin de la oralidad y el principio de la escritura, o el fin de la música en directo y el principio de la música enlatada.

Platón, por ejemplo, creyó que la memoria de los hombres se debilitaría si el arte de la escritura se extendía demasiado. Imaginad lo que hubiera pensado con el auge de la imprenta.
Los cambios son así, dan miedo. Y nos encanta comparar, sobre todo bajo el prisma de 'el pasado siempre fue mejor'. Ahora, un poco, todos somos como Platón, ante los SMS y la tecnología digital en general.

Se sabe que uno no se expresa de la misma forma hablando que escribiendo. Como tampoco lo hace de la misma forma escribiendo a mano que escribiendo en una máquina de escribir o en un ordenador, que incluso permite la corrección automática de los errores ortográficos o la reordenación de las frases con un simple 'clic'. La forma de expresar nuestras ideas influye en nuestras propias ideas, en nuestra forma de pensar, en la arquitectura de nuestra mente.

Tal y como hacía el escritor Donald Lau, el responsable de los millones de mensajitos que los estadounidenses encontraban en las galletitas de la suerte de los restaurantes chinos y que debía limitarse siempre a frases ingeniosas y vagamente aforísticas de sólo 10 palabras, hoy en día los jóvenes y no tan jóvenes adictos al teléfono móvil se han habituado a comunicarse entre sí con mensajes de 140 caracteres como máximo.
Los textos se contagian de abreviaturas, aféresis (pérdida de un sonido o grupo de sonidos al comienzo de una palabra), apócopes (pérdida o desaparición de uno o varios fonemas o sílabas al final de algunas palabras) , síncopas (suprimir fonemas en el interior de una palabra), contracciones, metátesis (cambio de lugar de los sonidos dentro de la palabra, atraídos o repelidos unos por otros), sinéresis (reducción a una sola sílaba,en una misma palabra,de vocales que normalmente se pronuncian en sílabas distintas) y aberraciones varias...
Y no hablemos del acento, pequeño apéndice olvidado por nuestras vocales… si es que aparece alguna vocal.

De un SMS no podemos esperar enunciados complejos ni sesudas disertaciones, aunque vengan por capítulos. La cultura ADSL o las galletas de sabiduría comprimida no son más que spots que no pueden rivalizar con un extenso ensayo rebosante de bibliografía. Pero no debemos permitir que la alarma propia de quienes se han acostumbrado a un sistema de comunicación determinado nos ofusque, tal y como le ocurrió a Platón.
Los SMS forjaran otro tipo de cultura, que a su vez se irá enriqueciendo a su manera, quizá con hipervínculos, o con imágenes adjuntas, o sonidos y politonos. Apenas queda ya costumbre de enseñar caligrafía, y es posible que los libros demasiado largos acaben siendo herramientas sólo de especialistas. O no...

¿ Puede ser un SMS literatura?

Se le puede dar un toque de humor a esta preocupante situación…




L.M

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